GERMAN ENRIQUE PARADA DÍAZ
Durante la década de los 80s el mundo continuaba separado por dos bloques políticos e ideológicos claramente diferenciados, uno de esos capítulos se vivió en el año de 1988 cuando Afganistán en cooperación con EEUU trataban de poner fin a la invasión soviética. En el marco de esa guerra y al otro lado del mundo, naci yo, Germán Enrique Parada Díaz, en el municipio de Socorro, al sur del departamento de Santander.
Me crie como el menor de tres hermanos bajo la custodia de mi papa Germán Parada Vega y de mi mamá Yolanda Díaz García, en compañía de mis hermanas Andrea y Liliana. Mi mamá de profesión filóloga ejercía la docencia en una escuela en la zona rural del Socorro, mientras que mi papá se desempeñaba como director del Inpec en el Socorro, el permanecía en la casa fiscal escoltado por culpa de las continuas llamadas amenazantes. Mi mamá lidiaba con una niña de 5 años, una de 3 y un recién nacido para ir a la casa de mi papá ubicada en las afueras del Socorro, limites con San Gil.
Mi mamá solía llevarme al campo a su trabajo pero cuando ya no pudo me dejo a cargo de una niñera llamada Marina, con ella el tiempo no era muy grato, por que no me dejaba hacer nada, ni ver televisión, ni jugar lo único que podía hacer era mirar por la ventana a esperar que mi mamá llegara.
Mi casa era pequeña, había un pórtico que para aquellos tiempos era enorme, una modesta sala, en frente una alcoba que compartían mis hermanas, luego el cuarto de mis padres, la cocina, la sala de televisión y en lo mas profundo mi cuarto que quedaba justo al frente del baño en el fondo de la casa. Recuerdo que estaba con mis papás viendo tv cuando me levante a molestar cuando un televisor de 27 pulgadas me cayó encima, y como si el golpe no fuera suficiente mis papás utilizaron conmigo el clásico castigo de la correa.
Cuando entré a preescolar me caracterice por ser muy inquieto, era el único que no se dormía, despelucaba a todos cuando los peinaban, tiraba las cosas, no me concentraba. Luego en kínder, ya en el colegio recuerdo que siempre estaba en las mesas de atrás con otros niños, esos éramos las ovejas negras según las profesoras y que teníamos problemas de aprendizaje. Sufría de incapacidad de concentración, tuve muchos tratamientos psicológicos inconclusos, el más reciente fue hace dos años, pero aun así sigo con esa falencia. En el colegio mi hermana mayor era la encargada de la cafetería y recuerdo que mis amigos y yo le robábamos todo lo que podíamos y ella era quien pagaba los platos rotos.
En mi casa existía una enorme biblioteca con muchos libros y enciclopedias, allí me interesé por la geografía y la historia y a los 7 años ya concia el mundo sin haber salido de mi casa, cuando mis papas se ausentaban, me dejaban a cargo de mi tía Ema, ella que vivía en una gran casa antigua con un enorme patio, un solar que daba hasta la calle del otro lado, en compañía de mi abuela y de mi prima. Ella solía patrocinarme en cualquier capricho que en mi casa no podía hacer por que mis rigurosos padres me impedían todo. Mi tía nos compraba pinturas a mi prima y a mi para entretenernos mientras ella no estaba, pero a mi mamá no le gustaba eso por que alegaba que me ensuciaría la ropa. Mi tía consiguió que tomara clases con el maestro Arcángel Castellanos y desde allí me empecé a interesar en el mundo del arte.
Durante el colegio según los profesores siempre fui el niño bueno, pero para los demás era una caspa que solo me toleraban en la casa, digamos que me ayudaba el hecho de que mi papa era docente de esa institución y que yo era un mentiroso muy convincente, aprovechando esa habilidad entré exitosamente en varios grupos de teatro. Mis profesores de primaria eran típicas señoras solteras, sin hijos, grandes e imponentes, siempre con una gran regla en la mano y una voz gruesa que bien podría asustar al mismo diablo. Mi colegio era grande, existía unas palmeras enormes que sobresalían de cualquier edificio y arriba se encontraban muchos murciélagos que con mis compañeros solíamos tirarles piedras, también había dos canchas grandes, el edificio de salones que mas parecía un laberinto, el auditorio mayor y debajo de este el famoso túnel que lo llevaba a uno a cualquier parte de acuerdo con el rumbo que uno tomara. Estaba en sexto cuando, por fin termine de leer mi primer libro: el lazarillo de tormes una novela picaresca de me gusto mucho, ahí seguí leyendo obras como el jugador de Dostoievski, el coronel no tiene quien le escriba de Gabo, Pasos perdidos de Carpenter, el túnel de Sábato, La divina comedia de Dante, la celestina de Fernando Rojas, El cid, los nibelungos, un marido para mamá, Charlie y la fabrica de chocolates, cuentos de Aníbal Niño, etc. etc. etc. Recuerdo que todos los martes me hacia el enfermo y me iba para mi casa, aquel año no asistí a ninguna clase de ética, educación artística y religión.
Ya en 11 grado como proyecto decidí enfocarme hacia la expresión pictórica, me convertí en el director del proyecto, tuvimos grandes éxitos como ponentes en el foro regional de competencias ciudadanas y la publicación de gran material, pero también tuvimos grandes falencias como la vez del taller del graffiti en otro colegio, allí gracias a mi mamá tuvimos la oportunidad de aplicar ciertos talleres, teníamos aerosoles y estábamos trabajando en una capilla que es patrimonio histórico de la ciudad, cuando los muchachos en un descuido muestro rayan todas las columnas, nunca me había visto tan furioso, el proyecto tan glorioso y tan relevante se había convertido en un dolor de cabeza, después de haber salido en el canal regional por la relevancia del proyecto estábamos condenados por que en el periódico departamental en la sección de regional sur nos hizo ver como inconscientes y realizadores de sacrilegio, después por un comunicado del rector y de mi mamá(coordinadora en la institución en donde se hizo el daño) se solucionó el percance.
Me graduaba y existía el dilema que en que me iba a desempeñar, yo insistía que cine, pero a mi familia no le sonaba mucho esa idea, siempre alegaban que iba a hacer, que no tenia futuro en eso, etc. Etc. Etc. Asi que mi papá me dijo: “o estudia diseño gráfico o no estudia nada” entonces ingrese a esa carrera en la UDI, me fue muy bien allá, fui ponente de los salones de diseño que hicieron durante mi trascurso en esa institución, tuve un promedio por encima de 4, pero al llegar al tercer semestre en la mitad sin previo aviso lo cancelé, me quedé sin hacer nada, luego viajé a Bogotá a aventurar, trabajé un tiempo en un colegio, hice un preuniversitario y un semestre después me encontraba estudiando en el Politécnico grancolombiano, allá me la llevé muy bien con mis compañeros, aunque resultaba costoso salir con ellos, pero me alcanzaba para mantenerme. Me toco regresarme de nuevo a estudiar diseño otra vez en tercer semestre, lo culminé pero esta vez quede PFU, realmente en ese semestre no hice nada. Al terminar todo el mundo estaba consternado por que les parecía increíble que yo estuviera en esa situación. Después de batallas con mi hermana y mi familia por otros asuntos me fui otra vez a Bogotá con la esperanza de radicarme allá y abandonar a mi familia, había conseguido un trabajo como asistente de diseño grafico, y logré una beca en la Universidad de la Sabana para cine, pero iba sin un peso, mis papas se negaban en ayudarme el primer mes, y la beca obtenida solo fue del 40% para pagar después un total de 4 millones el semestre con beca, me regresé con el rabo entre las piernas, para Bucaramanga. No me gustaba la UIS y menos que la carrera de Bellas Artes fuera a distancia, pero impulsado por el desespero y las ganas, me aguante esa condición e ingresé.
Actualmente me gusta leer sobre arte en especial aspectos históricos contemporáneos, honestamente no le dedico mucho tiempo, me veo motivado por el aburrimiento y por que no me gusta perder el tiempo, me gusta leer en sitios abiertos, odio los espacios cerrados, los últimos libros que he leído son Historia del Arte Universal de Ernst Gombrich, El espejo mágico, Fundamentos de Diseño básico de Wucius Wong,, mi principal fortaleza considero es que me intereso mucho por lo que hago y leo, mi principal dificultad ha sido la de toda mi vida: incapacidad de concentración. No espero solucionar este problema, es mas estoy empezando a acostumbrarme y no me parece tan malo, pero lo que si espero es tener mejoría en aspectos de redacción y comprensión.
jueves, 4 de octubre de 2007
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1 comentario:
buen trabajo pero está incompleto porque no incluye el autodignóstico
3,9
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